Este es el momento en que se encuentra el protagonista de "Perdidos en Tokio" (Lost in Traslation) personificado magistralmente por "Bill Murray" (Flores Rotas); quien luego de haber mantenido una carrera como un exitoso actor, y teniendo en el presente una vida sin motivaciones importantes y acarreando la fama que tuvo en un pasado más activo; es invitado a Japón a filmar un spot televisivo para una marca de Whisky. Estando en un lujoso hotel de Tokio atendido como una estrella, se encuentra con una joven norteamericana representada por Scarlett Johansson (Match Point), quien trata de pasar los días sola en su habitación mientras su esposo fotógrafo realiza un trabajo que lo mantiene ausente en persona y atención.
Inmersos en la cultura oriental, pero que a la vez representa por imitación y de forma exagerada muchos elementos cotidianos de occidente, se reunen estos dos personajes y comienzan a vivir una especial relación muy difícil de calificar, pero que claramente se apoyan entre sí para sobrellevar el momento de profunda soledad en que se encuentran.
Con una fotografía impresionante y digna de destacar, la cual hace muy notoria la influencia de los estudios de Sofia Coppola (Las vírgenes suicidas), hija del reconocido director Francis Ford Coppola (El Padrino) y directora de esta película, se nos presenta esta obra llena de elementos visuales y con finos detalles de comedia que hacen de la película una historia muy agradable de ver, y que a la vez, pone en la mesa temas muy interesantes para conversar.
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