Los reality show han pasado de ser oportunidades para que gente común y corriente salte a la fama (y luego la pierda rápidamente), a ser una pega más que tienen famosillos carentes de talento donde mostrando una sobreactuada faceta cotidiana logran satisfacer a la familia Miranda integrada por la gran mayoría de nosotros, que a pesar de ser tan exigentes en algunas cosas, aun no nos convencemos de que los contenidos de la televisión son sencillamente un reflejo de lo que queremos ver. En este contexto existen realizaciones cinematográficas que muestran algunos extremos que podrían alcanzarse dentro de este género televisivo.
Una de estas películas es "Simone", del director Andrew Niccol (El señor de la Guerra), donde Al Pacino (El Padrino) representa a un director de cine abatido por problemas personales de distinta índole, quien logra un éxito desproporcionado a través de películas protagonizadas por una actriz y musa que cautiva a todo el mundo, pero que en realidad es una creación virtual lograda por el a través de tecnología computacional. La realidad distorsionada que mueve a todo el mundo alrededor de esta estrella que creen de carne y hueso llega a tal nivel, que incluso su creador llega a pasar desapercibido y opacado por la fama de esta especial actriz, y termina multiplicando sus problemas en vez de solucionarlos.
Esta comedia dramática muestra lo que podemos llegar a hacer por fama y reconocimiento, y como el mundo de los famosos puede llegar a destruir la vida de ellos mismos junto a la de quienes los rodean.
El segundo largometraje que quisiera recomendar es quizás la mejor película que se ha realizado sobre la temática de los reality, esta es "The Truman Show", protagonizada magistralmente por Jim Carrey (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos) y Ed Harris (Apolo 13). Bajo la dirección de Peter Weir (La sociedad de los poetas muertos), Jim Carrey a través de su representación logró convencer al público en general de su calidad como actor dentro de géneros distintos a la comedia, en el cual sin lugar a dudas tiene un talento innato. Esta historia cuenta la vida de un hombre que desde su nacimiento ha crecido y madurado frente a cámaras de tv que registran todas y cada una de sus acciones siendo estas parte de un exitoso programa de televisión que se emite en horario continuado, sin cortes ni comerciales. Lo especial de todo esto es que Truman, el protagonista; estando casado, trabajando y con una vida insoportablemente monótona no tiene ni la más mínima idea de que es la estrella principal de un programa de tv, siendo todos sus recuerdos y experiencia el fruto de un guión desarrollado por un director que se cree todopoderoso.
Los hombres somos seres inquietos y libres por naturaleza, y nuestro instinto nos lleva permanentemente a avanzar. Lo único que nos frena son nuestros miedos basados en frustraciones pasadas o en la incertidumbre del no saber que nos espera hacia adelante, pero la gracia está en romper esas barreras y superarnos a nosotros mismos para alcanzar esos sueños que llevamos dentro, los cuales solo pueden ser cumplidos gracias a nuestra perseverancia, valentía y sabiduría. Muchos, quizás la mayoría quedan en el camino, y nunca logran alcanzar lo que se proponen, pero hay otros que si lo consiguen, y por lo general lo hacen porque en alguna parte del camino se dieron cuenta que para llegar al final solo hay una cosa que debe estar siempre presente como motivo y objetivo... el amor...
Una de estas películas es "Simone", del director Andrew Niccol (El señor de la Guerra), donde Al Pacino (El Padrino) representa a un director de cine abatido por problemas personales de distinta índole, quien logra un éxito desproporcionado a través de películas protagonizadas por una actriz y musa que cautiva a todo el mundo, pero que en realidad es una creación virtual lograda por el a través de tecnología computacional. La realidad distorsionada que mueve a todo el mundo alrededor de esta estrella que creen de carne y hueso llega a tal nivel, que incluso su creador llega a pasar desapercibido y opacado por la fama de esta especial actriz, y termina multiplicando sus problemas en vez de solucionarlos.
Esta comedia dramática muestra lo que podemos llegar a hacer por fama y reconocimiento, y como el mundo de los famosos puede llegar a destruir la vida de ellos mismos junto a la de quienes los rodean.
El segundo largometraje que quisiera recomendar es quizás la mejor película que se ha realizado sobre la temática de los reality, esta es "The Truman Show", protagonizada magistralmente por Jim Carrey (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos) y Ed Harris (Apolo 13). Bajo la dirección de Peter Weir (La sociedad de los poetas muertos), Jim Carrey a través de su representación logró convencer al público en general de su calidad como actor dentro de géneros distintos a la comedia, en el cual sin lugar a dudas tiene un talento innato. Esta historia cuenta la vida de un hombre que desde su nacimiento ha crecido y madurado frente a cámaras de tv que registran todas y cada una de sus acciones siendo estas parte de un exitoso programa de televisión que se emite en horario continuado, sin cortes ni comerciales. Lo especial de todo esto es que Truman, el protagonista; estando casado, trabajando y con una vida insoportablemente monótona no tiene ni la más mínima idea de que es la estrella principal de un programa de tv, siendo todos sus recuerdos y experiencia el fruto de un guión desarrollado por un director que se cree todopoderoso.
Los hombres somos seres inquietos y libres por naturaleza, y nuestro instinto nos lleva permanentemente a avanzar. Lo único que nos frena son nuestros miedos basados en frustraciones pasadas o en la incertidumbre del no saber que nos espera hacia adelante, pero la gracia está en romper esas barreras y superarnos a nosotros mismos para alcanzar esos sueños que llevamos dentro, los cuales solo pueden ser cumplidos gracias a nuestra perseverancia, valentía y sabiduría. Muchos, quizás la mayoría quedan en el camino, y nunca logran alcanzar lo que se proponen, pero hay otros que si lo consiguen, y por lo general lo hacen porque en alguna parte del camino se dieron cuenta que para llegar al final solo hay una cosa que debe estar siempre presente como motivo y objetivo... el amor...
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