martes, 15 de septiembre de 2009

COMENTANDO "LA NANA"

Después de pasar por tres mil festivales y ser vista por gente de todo el mundo (menos Chile), POR FIN se estrenó la película nacional que más ha dado que hablar en el último tiempo. Nos referimos a “La Nana”, segundo filme del director Sebastián Silva, quien hace un par de años nos trajo la interesante comedia negra “La Vida Me Mata” (que pasó sin pena ni gloria, quizás por el hecho de estar filmada en blanco y negro). Además de Silva, se repiten el plato su co-guionista Pedro Peirano (figura de culto gracias a programas como “Plan Z” y “31 Minutos”), y Catalina Saavedra, actriz de dilatada carrera en televisión que se ha convertido en la musa inspiradora de este director.

La historia resulta familiar para cualquier chileno: Raquel es una nana puertas adentro que ha trabajado más de 20 años en la misma casa, que prácticamente ha criado a los niños más chicos (quienes “la adoran”, según ella), pero que comienza a llevarse muy mal con los más grandes. Situaciones tan simples y cotidianas como el que la nana esconda las colaciones para dárselas solo a los niños chicos, o que se rehúse a darle comida a una amiga de la hija mayor que llega sin avisar, o que se enoje cuando adoptan un gato por el trabajo extra que implica, causan en el hogar conflictos y tensiones que conforman el eje central de la película.

Pronto los hechos comienzan a salirse de lo normal, pero sin dejar de estar firmemente insertos en la realidad: los hábitos de Raquel se vuelven cada vez más obsesivos y enfermos, y nos damos cuenta que su odio por la hija mayor de la familia va más allá del simple recelo. Los dolores de cabeza que la aquejan la hacen ponerse descuidada en su trabajo, lo que motiva a la dueña de casa a contratar a una segunda empleada para que “la ayude”. Esto solo empeora las cosas: Raquel siente amenazado su espacio y hace todo lo posible por hacerle la vida imposible a su “rival” (una humilde joven peruana). Cuando esta renuncia y es reemplazada por una nana de más carácter, las peleas incluso llegan a ponerse físicas.



A pesar de los actos irracionales y destructivos de Raquel, Pilar, la dueña de casa, dice más de una vez: “No puedo despedirla”. En parte se trata de lealtad hacia alguien que, para bien o para mal, se ha convertido en un miembro de la familia y ha sacrificado tener una vida propia para dedicarse a ellos. Pero, por otro lado, ellos también se han vuelto dependientes de Raquel, quien es la única que puede controlar a los revoltosos hijos menores y que además tiene una complicidad con el hijo de al medio que trae beneficios para ambos: para él, la ventaja de ser el favorito, y para ella, el cariño de un hijo que nunca tuvo.

Si bien tiene algunas situaciones incómodas y absurdas muy al estilo del humor negro de “La Vida Me Mata”, “La Nana” se acerca mucho más a un drama que a una comedia. A momentos incluso pareciera a una película de terror, donde el “monstruo” es una nana desquiciada que podría terminar matándolos a todos si la hacen enojar. Otras veces se producen momentos de verdadera emoción entre los personajes, demostrando que no son caricaturas sino personas reales, con todas las inconsistencias y contradicciones que eso conlleva.


Inspirándose en su propia familia (nanas incluidas) el director logra construir personajes muy bien definidos que chocan entre ellos a través diálogos realistas que nunca suenan falsos o forzados (algo muy raro en una película chilena).

El concepto da para mucho y plantea un conflicto bastante interesante: ¿qué pasa cuando la co-dependencia entra una nana y “su” familia se lleva al extremo? Con las situaciones que esta idea inspira en la primera hora de película uno ya puede darse por pagado. Pero cuando todos piensan que la historia ya está por terminar, un personaje nuevo de personalidad impredecible lo cambia todo. No quiero adelantar el final, pero sólo voy a decir que gracias a todo lo que sucede en la última media hora, “La Nana” se convierte en algo más que un estudio morboso de una realidad casi exclusiva a nuestro país (lo que ya de por sí es interesante), y pasa a ser una historia verdaderamente trascendental y de relevancia universal.

2 comentarios:

  1. La película es increible, y ya a comenzado una polémica, algunos piden que "La Nana" sea la que sea presentada para los premios Oscars en vez de "Isla 10" la segunda aun no la veo pero es interesante esa polémica, si hablamos del apoyo gubernamental que a tenido "Isla 10" comparado con que que podría aver tenido "La nana".

    Miguel castro

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  2. sin entrar en tendencias, sino que refiriéndome a la política general, es obvio que "Isla 10" tendría más apoyo. Creo que el punto a considerar entre las dos cintas, es su calidad cinematográfica por sobre cualquier otra cosa.

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