COMENTANDO "X-MEN: FIRST CLASS"

"X-Men: First Class" es una película histórica. Primero porque está ambientada en otra época (los años 60), pero no solamente por eso. Cuando aparecieron por primera vez los X-Men, Spider-Man, Hulk y otros (también en los 60) todavía faltaban unos 20 años para que se comenzaran a hacer películas sobre los cómics Marvel, y unos 40 para que se comenzaran a hacer bien. Por lo mismo, nunca supimos cómo sería una película Marvel hecha en la época que vio nacer a esos personajes… hasta ahora.

Al contrario de la precuela de "X-Men Origins: Wolverine", que sucedía en una época más o menos indeterminada, "X-Men: Primera Clase" es una película completamente sesentera: no sólo por la ropa, los peinados y la música, si no también en espíritu.

Magneto, por ejemplo, está convertido en una especie de James Bond con poderes mutantes, y es lejos el personaje con más onda en la película. El Profesor X (que en realidad es un nombre bastante psicodélico, como de rockero experimental) es un universitario idealista pero también medio mujeriego. La amistad entre ambos es el hilo central de la película, e incluso de toda la saga cinematográfica de los X-Men: las escenas donde los vemos jugando ajedrez (costumbre que mantienen en el futuro) demuestran que la relación entre Magneto y el Profesor no muere, si no que muta. Esta es otra razón por la que "X-Men: First Class" es una película histórica: nunca, ni siquiera en los cómics, habíamos visto en tanto detalle los comienzos de esta amistad.

Como buena película de acción sesentera no podían faltar la paranoia por la bomba atómica, las agencias de espionaje, y la rivalidad entre los gringos y los rusos, mezclando hechos reales con conspiraciones mutantes. La escena donde los X-Men se reúnen en el living a ver al Presidente Kennedy hablar sobre los misiles en Cuba es algo que muchas familias vivieron en esa época... aunque claro, aquí se revela que en realidad el personaje de Kevin Bacon estaba detrás de todo eso.

Fuera de Bacon, los villanos son probablemente lo más débil de la película: está el tipo rojo que se teletransporta (que creo que no dice ni pío en toda la película), el tipo que tira remolinos de viento (que jamás había visto en un cómic de los X-Men) y la escultural Emma Frost, interpretada por una de las actrices de la gran serie de HBO Mad Men… quién desgraciadamente lo hace muy, pero muy mal.

Esto último es una pena, porque Emma Frost (una poderosa mutante con poderes psíquicos que además convierte su cuerpo en diamante) es uno de los personajes más interesantes del cómic. Es cierto que no tiene muchas líneas en la película, pero creo que una mejor actriz podría haber hecho algo más memorable con esas mismas escenas. En cambio, a esta actriz pareciera que no le interesa mucho el asunto.

Otro punto débil de la película, que es el eterno problema de las precuelas, son las conexiones forzadas: nadie se compra que el Profesor X y la villana Mystique prácticamente se criaran juntos, al igual que nadie se compró que Darth Vader haya construido a R2-D2 en "La Amenaza Fantasma". La Mystique que sale en esta película es un personaje completamente distinto al de las otras películas de X-Men y nunca se entiende muy bien la transformación, que es lo mismo que pasaba en "X-Men Origins: Wolverine" con el personaje de Sabretooth.

Para mi, la mejor parte de la película es cuando la dupla Magneto/Profesor X sale a reclutar mutantes jóvenes y después se ponen a entrenarlos (todo esto mostrado con música tipo "Austin Powers", obvio). Ninguno de estos personajes es muy conocido y algunos de los poderes son medios penca (no hay otra forma de decirlo), pero igual todos tienen su encanto. El final de "X-Men: First Class" explica lo básico para conectar con la primera película de X-Men, pero igual queda abierta la posibilidad de una secuela que ahonde más en los mutantes sesenteros, o quizás los traslade hasta la siguiente década para poder verlos con afros y música disco.