COMENTANDO "ARRÁSTRAME AL INFIERNO"

Christine es una empleada de banco que le niega un préstamo a una viejita indefensa, después de que su jefe la acuse de ser demasiado “blanda” con los clientes. Lo malo es que al parecer la viejita no era TAN indefensa, porque ataca a Christine y le tira una poderosa maldición gitana, que hará que tres días sea “arrastrada al infierno”… literalmente.

Esa es la trama de la última película de Sam Raimi, más conocido por ser el director de la trilogía de Spider-Man, pero que en los 80 había ganado fama haciendo películas llenas de gore (como la sangrienta saga de zombies “Evil Dead”). Con “Arrástrame al Infierno”, Raimi se toma un descanso del trepamuros para volver a sus raíces en el género del horror… claro que de una forma un poco más calmada que antaño.

La historia se desarrolla de manera bastante típica, como ya hemos visto en mil películas de terror donde la protagonista tiene que luchar contra el reloj para deshacer una maldición (¿quién dijo “El Aro”?). Los espíritus satánicos que atormentan a Christine hacen su vida imposible, y obviamente nadie le cree cuando cuenta que el diablo la está acosando. Su pololo (Justin Long, “Lluvia de Hamburguesas”) es un verdadero pelmazo, el típico personaje que para lo único que sirve es para decir “Estoy seguro que fue solo tu imaginación, cariño”. El único aliado de Christine es un espiritista que al comienzo le lee la fortuna y se asusta con lo que ve, pero después igual se hace millonario en el transcurso de la película con todo lo que le cobra a la pobre.

La película no alcanza a dar miedo, pero sí bastante asco. Hay todo un rollo con los insectos que en el fondo no tiene nada que ver con la trama, pero eso es lo de menos. Se nota que a Sam Raimi le sigue gustando el gore, y sigue teniendo el mismo talento para estremecer al público… de hecho, pareciera que partió con un par de escenas asquerosas que tenía ganas de hacer y las unió con una historia cualquiera para justificarlas. Aún así, la cantidad de escenas de ese tipo no es nada comparada con las de sus películas antiguas, así que los fanáticos del gore pueden irse un poco decepcionados.

"Arrástrame al Infierno” es como el punto medio de la filmografía de Raimi: no es tan pop como Spider-Man, pero tampoco es tan gore como Evil Dead, sino que tiene un poco de todo. A pesar de sus puntos flacos no deja de ser interesante el dilema moral que trata de plantear: Christine se considera una buena persona, pero hace una decisión consciente de negarle un préstamo a alguien que lo necesita para poder avanzar en su trabajo (ella misma lo admite más adelante). O sea, pone su propio bien por sobre el de otra persona. A partir de eso, la pregunta es: ¿hasta donde está dispuesta a llegar Christine para salvarse? ¿Sería capaz condenar a otro ser vivo para seguir viviendo? Y lo más importante... ¿qué haría usted en su lugar?