Hobbit 3

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jueves, 27 de septiembre de 2007

COMENTANDO "LITTLE MISS SUNSHINE": familia disfuncional pero feliz


¿Qué es lo que te hace sentir feliz y orgulloso de tu familia? Considerando que es una condición humana la imperfección y que el desarrollo de una persona hacia la sabiduría, la felicidad, el amor, etc. está lleno de errores en el camino; es evidente que todos convivimos diariamente con un entorno familiar único respecto de los demás pero igual en cuanto a los problemas que se deben enfrentar en grupo y como individuos. La loca, el flojo, el patudo, la llorona, el vicioso, el inquieto, la oveja negra son solo algunos de los roles que asumen los componentes de todo grupo familiar; y eso sumado a que la concepción de una familia viene principalmente de la unión de dos personas que ni siquiera son parientes (padre y madre), está prácticamente demás tratar de ejemplificar lo difícil que es avanzar por la vida juntos y en sana convivencia.

Pero es justamente esa diversidad de caracteres lo que le da riqueza a ese grupo de personas y también la potencialidad de aprender unos de otros creciendo en conjunto y como individuos en proporciones mucho mayores que las oportunidades que te podría ofrecer una vida aislada de ermitaño.

¿cuáles serían entonces las prioridades que debiese tener una familia por sobre los intereses de cada persona que la compone? Difícil respuesta para una época en la que vivimos rodeados de antivalores en una sociedad sin referentes y donde pareciera que lo verdaderamente humano se ha perdido detrás de la imagen, el poder y el dinero.

La respuesta no la tengo... pero hay al menos una película que te puede mostrar una pista, y la mejor gracia de esta es que la forma en que lo hace es a través de una historia muy sencilla, cómica y fácil de digerir. El largometraje del que hablo se llama "Little miss Sunshine", una comedia de situaciones muy inteligente, donde se nota todo el tiempo que cada personaje y acontecimiento está de acuerdo con un único mensaje, el cual se revela en un final delirante en cuanto a humor y a lección de vida. Esta obra está dirigida por un matrimonio, y se nota... es más, no podría ser de otra forma; Jonathan Dayton y Valerie Faris, quienes incursionan por primera vez en el cine y lo hacen de forma magistral. Complementan además una muy buena historia con un casting excepcional que permite una representación muy realista, dentro del contexto y género de la película, que en definitiva lleva a un resultado notable.

La película está protagonizada por una pequeña niña representada por Abigail Breslin (Sin reservas), quien sueña con ser reina de belleza participando de un concurso y enfrentándose a todo lo que eso significa. La verdad es que la preparación para el concurso es lo de menos, ya que su familia compuesta por sus padres personificados por Toni Collette (Sexto Sentido) y Greg Kinnear (Mejor Imposible), su hermano, su abuelo y su tío, este último actuado por la nueva estrella de la comedia Steve Carrel (El regreso de todopoderoso); le da una nueva definición a la categoría de "familia disfuncional".

La película tiene de todo... y es imposible abstraerse del mensaje que comunica. Pasan tantas cosas que es muy difícil creer que alguien pase por todo eso en la realidad, pero si tomas las situaciones por separado podrás verte a ti mismo y a tu familia en más de alguna ocasión. Es probable también que quizás no haya nada en común entre tu vida y lo que podrás ver en esta historia, pero no hay posibilidad de negar que al final lo más importante de todo se aplica tanto para ti como para la familia de la película.

jueves, 13 de septiembre de 2007

¿qué está pasando?

No puedo abstraerme de la realidad social que estamos viviendo en nuestro país. Con profundo dolor hemos visto en estos días como se conmemora una fecha, que por sobre todo nos divide, de la forma más irracional que podríamos imaginarnos, destruyendo el fruto del trabajo de nosotros mismos... vecinos saqueando a vecinos, jóvenes destruyendo escuelas que bien pueden ser las propias, de sus hermanos o de sus hijos; y lo más terrible, chilenos disparando a matar a otros chilenos donde solo se diferencian unos de otros por el uniforme y los valores que los llevan a proteger o a causar daño.

Nosotros que decimos ser un pueblo unido y solidario, sacando siempre a relucir como evidencia a nuestra Teletón, la cual en definitiva ha cumplido en practicamente todas sus versiones con las expectativas económicas que se establecen como meta; pero yo me pregunto ¿será realmente por solidaridad ? o quizás es esa angustia que nos caracteriza de tener que dar siempre la mejor impresión hacia los demás, de que nos vean hacia arriba como personas exitosas, que logramos todo y que proyectemos una imagen de ser lo mejor de lo mejor respecto del medio social en el cual nos desenvolvemos; y todo eso por sobre nuestra realidad como seres humanos e individuos, la sensibilidad que nos quiebra frente a distintas situaciones y a la cual tenemos tanto miedo, el terror a lo que digan los demás al hacer o decir algo que quizás rompa con lo cotidiano, quedar como estúpido por ser buena persona, como ingenuo por decir la verdad o como un loco fracasado por ir detrás de un ideal que pareciera imposible de alcanzar.

Dar un par de lucas, y quizás más tarde mil pesos más para llegar a la meta es mucho más fácil que perder 5 minutos de viaje dentro de una micro esperando a que un inválido suba en su silla de ruedas por la rampa, por eso chiflamos, gritamos o golpeamos el piso; también es más fácil que darle trabajo a una persona sin piernas aunque ni siquiera las necesite para cumplir con sus labores, y decimos después que no cumple con el perfil. Esas situaciones SI están sujetas a una verdadera solidaridad, eso SI es pensar en los demás... pero somos por sobre todo unos cobardes y egoístas, incapaces de aceptar que nuestra libertad termina cuando empiezan los derechos de los que están a nuestro alrededor, y que es imposible alcanzar la alegría plena de vivir sin dejar de hacer todo lo posible para que el que está a mi lado también la logre conmigo, y que eso amerita sacrificios, aceptar nuestros errores y pedir perdón.

"Cadena de Favores" (Pay it forward), de la diretora Mimi Leder (Impacto Profundo), muestra la historia de un niño que decide hacer algo por un ideal (que no deja esa idea guardada porque es difícil o porque no tengo tiempo), ideal que a pesar de ser un sueño personal implica hacer algo para cambiar el mundo, y en definitiva lograr la alegría de generar un beneficio para todos. Este niño personificado por el pequeño actor Haley Joel Osment (Sexto sentido) se ve inmerso en una sociedad no muy distinta a la nuestra, donde el miedo y la desconfianza son sentimientos más latentes incluso que el amor; y donde en definitiva la bondad a ciegas no tiene cabida.

La película es impresionantemente conmovedora, donde podemos vernos a nosotros mismos en la madre del protagonista representada por Helen Hunt (Lo que ellas quieren), en el profesor personificado por Kevin Spacey (Belleza Americana), o en cualquiera de los roles que se muestran dentro del desarrollo del largometraje; pero definitivamente creo que debiéramos vernos como el joven compañero de escuela del protagonista y que desemboca el final de la película, ya que todos al igual que él damos fin todos los días a sueños, ideales y alegrías de personas que a veces ni siquiera conocemos, pero que de alguna forma se ven afectadas por nuestros actos y omisiones.

No quiero terminar este comentario sin antes expresar mi más profundo sentir por la muerte del carabinero Cristián Vera Contreras, otro desconocido tras un sueño de paz y tranquilidad convencido de sus ideales al nivel de dar la vida por su patria, sus compañeros y las personas a las que servía y protegía; y que probablemente, ni siquiera conocía.