Hobbit 3

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jueves, 5 de marzo de 2009

COMENTANDO "WATCHMEN"

Publicado originalmente entre 1986 y 1987, “Watchmen” es un comic (o “novela gráfica”, como les gusta decirle ahora) que nació como resultado de dos muy distintas tendencias de la época: el miedo a la guerra nuclear, y la evolución del comic desde un medio para niños a uno que también pueden disfrutar los adultos. Lo primero es el resultado de las permanentes tensiones políticas entre Estados Unidos y la Unión Soviética, mientras que lo segundo se debe en gran parte a un solo hombre: el guionista inglés Alan Moore, quien desde comienzos de la década venía explorando el potencial del “noveno arte” con obras como “Miracleman”, “V de Vendetta” (ambas publicadas originalmente en Inglaterra) y “La Cosa del Pantano” (su gran salto al comic norteamericano).



En “Watchmen”, Moore se aprovecha de la incertidumbre causada por la Guerra Fría para construir una historia sobre el efecto que tendrían los superhéroes si es que existieran en el mundo real. Los cambios sociales van desde la proliferación de los cómics de piratas (nadie quiere leer sobre algo que ve todos los días), hasta efectos políticos como la victoria norteamericana en la Guerra de Vietnam y la re-elección prácticamente indefinida de Richard Nixon. Como consecuencia de esto último, las relaciones de Estados Unidos con la Unión Soviética son aún peores que en el mundo real, y en 1985 (el año en que se ambienta la historia), el mundo está a solo un paso del holocausto nuclear. Dentro de este contexto, un superhéroe en retiro es asesinado y sus antiguos compañeros descubren una conspiración que pone en peligro la vida de millones de personas.

“Watchmen”, junto a obras como “Dark Knight Returns” de Frank Miller (“Sin City”, “300”) y “Maus” de Art Spiegelman (primer comic ganador del Pulitzer), demostró que un comic podía ser igual de complejo y maduro que un buen libro o una buena película, abriéndole el camino a otros cómics para adultos como “Animal Man” de Grant Morrison, “Sandman” de Neil Gaiman, y “Predicador” de Garth Ennis (pronto a ser adaptado al cine por Sam Mendez, director de “Belleza Americana”). Sin embargo, aunque estos ejemplos son los más recordados, lo cierto es que en su tiempo fueron muchos los creadores que malentendieron la oscuridad de “Watchmen” y se centraron en sus partes violentas, inspirando una ola de cómics sangrientos y ofensivos que resultan aún más infantiles que los coloridos superhéroes de décadas pasadas. Tanto fue el impacto negativo de “Watchmen” en la industria comiquera, que el mismo Alan Moore llegó a arrepentirse de haberlo publicado y a finales de los 90 lanzó una línea de cómics para todas las edades como una especie de “antídoto” (entre ellos se destaca “La Liga de los Caballeros Extraordinarios”, adaptada al cine con pésimos resultados).



Desgraciadamente (y llegando al punto de este comentario), habiendo visto la esperada adaptación cinematográfica de “Watchmen”, hay momentos en que da la impresión de que el director Zack Snyder (“300”) es uno más de los que piensan que la gracia del comic está en sus partes oscuras, pasando por el alto el objetivo con que eran presentadas. Todas las escenas violentas que aparecen en el comic se encuentran en la película, alargadas por coreografías tipo Matrix, técnicas de cámara lenta, y sangrientos efectos digitales, pero muchas veces el contexto original se pierde por completo, restándole sentido a este tipo de secuencias.


Dada la extensión original del comic (12 números de 32 páginas), era más que entendible que se tuvieran que cortar o modificar muchas escenas. Por lo mismo llama la atención que se gaste tanto tiempo en alargar los momentos de acción (y no solo las peleas: hay una escena romántica muy explícita que parte muy bien pero termina dando vergüenza), sacrificando puntos clave de la trama. Por otro lado, hay escenas que se nota que fueron incluidas solo para hacerle homenaje al comic, cuando quizás hubiese sido mejor reemplazarlas por algo más funcional a la historia. De hecho, muchos de los aciertos de la película se encuentran en los cambios introducidos por Snyder: la espectacular secuencia inicial al ritmo de “The Times They Are A Changin’” de Bob Dylan; un par de escenas nuevas que ayudan a sentar el tensionante ambiente político de la época; y, aunque muchos fanáticos pongan el grito en el cielo, los cambios al final son casi para mejor.

Otro punto positivo son las actuaciones: Patrick Wilson (“Hard Candy”) y Steven McHattie (“300”) están impecables como Nite Owl II y el retirado Nite Owl I. Jackie Earle Haley (“All The King’s Men”, con Sean Penn) tiene algunos momentos bastante intensos en el difícil papel de Rorschach. Malin Akerman (“La Mujer de mis Pesadillas”) y Jeffrey Dean Morgan (Denny en “Grey’s Anatomy”) tienen un parecido tan impresionante a sus personajes (Silk Spectre II y The Comedian) que incluso cuando sus actuaciones flaquean ellos terminan convenciendo. La suave voz de Billy Crudup (“Casi Famosos”) a veces resulta incómoda en el imponente Dr. Manhattan, pero el tipo igual cumple. El único perjudicado es Ozymandias, no tanto por la actuación de Matthew Goode (“Match Point”), si no más bien por el escaso tiempo dedicado a desarrollar al personaje. Lo lamentable es que este es justamente uno de los personajes más importantes de la trama, por lo que su floja caracterización le quita mucho impacto al final.



Tema aparte es el híper-dramático estilo de dirección que caracteriza a Zack Snyder, y que se hace presente incluso en la escena más calmada, siendo que tanto la historia como los personajes se hubiesen beneficiado tremendamente por un enfoque más realista, como el que utiliza Christopher Nolan en “Batman Begins” y “The Dark Knight”. El lado positivo de esto es que Snyder presta gran atención a los detalles, resultando en unas ambientaciones impresionantes (aunque no todas son apropiadas al contenido). El soundtrack llega a ser grandioso en algunas partes, gracias a una selección de rock clásico inspirada por las citas al final de cada número del comic, pero se desarma por completo cuando recurren a música de teleserie ochentera barata para acompañar los momentos más dramáticos.

Desde que comenzaron los primeros rumores sobre la adaptación al cine de “Watchmen”, la opinión de gran parte de los entendidos ha sido que es imposible contar la historia en un menos de 10 horas. Cuando Terry Gilliam (“Brazil”, “12 Monos”, “Pánico y Locura en Las Vegas”) estaba a cargo del proyecto y le preguntó a Alan Moore como adaptaría el comic, Moore respondió “No lo haría”. Otros grandes como Paul Greengrass (“Vuelo 93”, las últimas dos Bourne) y Darren Aronosky (“Pi”, “Requiem por un Sueño”, "The Wrestler") se rompieron la cabeza intentando encontrar una forma de hacer lo imposible y terminaron dándose por vencidos (o siendo despedidos). Dentro de todo, el trabajo de Zack Snyder en una tarea tan monumental es bastante digno, y se nota que lo hace con todo el respeto del mundo, pero no era de extrañar que al intentar condensar una historia tan bien hecha, y que por algo se demoraron 12 números en contar, el resultado no fuera 100% satisfactorio. Habrá que esperar hasta julio para que salga en DVD versión del director, que durará más de 3 horas y que probablemente solucionará algunos de estos temas.

Mientras tanto, a partir del 24 de marzo va a estar disponible en EE.UU. una versión animada de “Tales of the Black Freighter”, una historia paralela que se incluye en el comic pero que tuvo que ser cortada de la película. Para la voz del protagonista, Snyder volvió a reclutar a Gerald Butler, quien interpretó al ReyLeonidas en "300". Como material extra en este DVD vendrá “Under the Hood”, un documental falso basado en la autobiografía de uno de los personajes de "Watchmen" (fragmentos de la cual pueden leerse al final de algunos números del comic). A continuación, el trailer de "Tales of the Black Freighter":






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