Finalmente llegó "Iron Man 3", uno de los estrenos más esperados del año, quizás sólo superado en expectativas por "Man of Steel", que estará en cartelera en un par de meses más.
Si "Iron Man" (2008) nos mostró “el camino del héroe” que tuvo que seguir el personaje para convertirse en el hombre de armadura, y la segunda parte fue una oda al enorme EGO de Tony Stark, prepárense, pues para no quedarse atrás, esta tercera entrega nos muestra a Stark nuevamente como el centro de atención en una especie de verdadera autobiografía, todo bajo la premisa de que “nosotros creamos nuestros propios demonios” mencionada en el prólogo de la película.


Protagonizada por el carismático Robert Downey Jr. ("Tropic Thunder", 2008), Gwyneth Paltrow (El Talentoso Señor Ripley, 1999) y Guy Pearce ("Prometheus", 2012) y dirigida en esta ocasión por el taquillero Shane Black (Kiss Kiss, Bang Bang, 2005), Iron Man 3 nos presenta a un Tony Stark que lo tiene todo para ser feliz y a pesar de ello no puede dormir bien y sufre de crisis de ansiedad, todo esto desde los eventos ocurridos en "Los Vengadores" (2012), por lo que desde entonces ha ocupado su tiempo de manera obsesiva en diseñar y crear nuevas armaduras como quien diseña ropa para un desfile de moda. Si en todas las apariciones anteriores del superhéroe le conocimos un total de siete armaduras, en el inicio de esta película se encuentra realizando las últimas pruebas a su armadura número 42, sí 42!
 

Pero Tony Stark debe tratar de superar sus demonios internos, para involucrarse en la realidad, pues aparece en escena un nuevo enemigo, un terrorista conocido como ‘El Mandarín’, importado de los comics e interpretado por Sir Ben Kingsley ("Shutter Island", 2010), que amenaza toda la seguridad nacional de EEUU y también al círculo cercano de nuestro héroe.
 

Si Jon Favreau ("Cowboys& Aliens", 2011) le aportó mucha acción, frescura y humor a las primeras dos partes, Black manteniendo la misma línea, complementa esta entrega con tensión, suspenso y giros inesperados. Relacionándola bien con sus antecesoras, en esta película se intenta aterrizar más a la “realidad”, con respecto a Los Vengadores, pues ya no hay ni extraterrestres ni semidioses, y en cambio hay terrorismo, armas y corrupción. Pero sobretodo nos presenta muchos avances en ciencia y tecnología, lo que en cierta forma podría calificar también como fantasía... después de todo, está inspirada en un cómic.
 

La profundidad de los personajes es mayor en esta entrega llegando ya a una madurez, con un Tony Stark actuando como un hombre enamorado y a la vez lidiando de manera muy divertida con su “fama” de superhéroe; una Pepper que ya ha asumido que es la mujer de Iron Man por lo que lleva la relación de una manera más estable; y un Rhodey, caracterizado nuevamente por Don Cheadle ("Hotel Rwanda", 2004), que deja de ser la “niñera” de Tony y esta vez se muestra con una amistad más fraternal con el protagonista, con interacciones y discusiones muy divertidas entre ellos, que rayan en lo absurdo, pues ocurren en las situaciones más inverosímiles y tratan sobre temas tan ridículos como por ejemplo, el nombre de la armadura del soldado.
Sin duda una entretenida película que disfrutarán fanáticos y no tan fanáticos, con harta acción y humor, un guión inteligente y toneladas de buenos efectos especiales que harán que los 130 minutos de duración pasen volando. Mi única crítica quizás es que eché de menos la música de AC/DC, pues ya se había convertido en parte del patrimonio del héroe armado.
 
Para finalizar y a modo de sugerencia, como ya es “tradición” en MARVEL, les recomiendo quedarse en la sala hasta al final, pues hay una divertida escena post créditos que involucra a otro personaje de Los Vengadores y que será el deleite de los más fanáticos.

TRAILER DE "IRON MAN 3"