COMENTANDO "EL ORFANATO"

Hace tiempo que el cine español se ha ido posicionando por su buena calidad técnica y artística, pero principalmente ha sabido evolucionar de forma impresionante en lo que se refiere al género del terror y el suspenso, películas como "Tesis" (versión original estrenada durante el año 1995 de la cual se basó la norteamericana "Ocho milímetros") que pese a haber sido estrenada hace 15 años, aún nos puede sacar uno que otro susto.

Demás está ahondar en lo destacado que han sido las producciones más recientes como la película de horror "[REC]", cuya secuela se encuentra en estos momentos en carteleras chilenas, o "El Espinazo el Diablo" y "El Laberinto del Fauno", ambas parte de una trilogía que trata la infancia en época de dictadura española, mezclándose con horror y misterio.

Guillermo del Toro ("Hellboy II: The Golden Army", 2008), el director mexicano de las dos películas de producción española que recién señalé, es el productor de “El Orfanato”, cinta de horror estrenada el año 2007 y dirigida por el joven y desconocido Juan Antonio Bayona y protagonizada por María Belén Rueda ("Closer"), quien recibió una cantidad considerable de premios y reconocimientos de la crítica especializada por su rol en esta historia.


Ya lo hemos dicho varias veces y no sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero al menos a mí, de sólo escuchar el acento español ya me empieza a dar susto. Si unimos eso con una casa vieja y llena de habitaciones, ubicada en un lugar tan recóndito como ese de "…la Mancha del cual no puedo acordarme…", que alguna vez fue el hogar de niños huérfanos, y donde actualmente sólo reside la protagonista junto a su marido y su pequeño hijo que obviamente tiene amigos imaginarios; bueno, suena a un cliché sobre-utilizado por el cine norteamericano que no asusta ni a una colegiala. Pero este no es el caso, el tratamiento de la historia se maneja de forma magistral, los elementos que ya les indicamos y otros más que dejaremos para descubran ustedes mismos, envuelven al espectador de tal forma que es muy difícil dejar de prestar atención a la pantalla, involucrarse con la historia, y BU!!!… estómago apretado y manos en la cara con dedos entreabiertos para tratar de no ver lo que inevitable vemos igual.

Un manejo del sonido y los silencios espectacular, así como del ritmo en que se muestra la historia generando una tensión permanente, que se agradece en realidad, dado lo mal que ha sido abordado este género por la gran mayoría de las películas norteamericanas que lo explotan comercialmente. Esperemos que los gringos fanáticos del remake no destruyan otra película y mejor esta vez que vean la original con subtítulos.


Sólo a modo de anécdota, no se sorprendan si avanzada la trama ven a un personaje que les hace recordar a Ñoño del Chavo del Ocho, ya que efectivamente el actor Edgar Vivar, que debe estar pesando a lo menos 150 kilos, tiene un pequeño papel dentro de la historia.