Después de un partido complicado contra un juvenil y mediocre seleccionado mexicano, la Roja de Todos, logra dar vuelta un partido que con justicia, concepto que pocas veces se da en el fútbol), termina ganando por dos goles contra uno.
Esteban Paredes y Arturo Vidal son los héroes del equipo del Rey Guachaca Claudio Borghi, entrenador que asume la difícil misión de reemplazar al profe Bielsa, pero como caracteriza al argentino de nacimiento pero chileno putativo, con tranquilidad y buen fútbol se logra un ansiado triunfo que augura al menos un buen pasar por esta versión de la copa mas antigua del mundo.
Pocas palabras merece un desvergonzado equipo mexicano que asumió un rol de poca cosa y muy por debajo de lo que esperábamos de un país que se vende como potencia en deporte rey, colgándose del arco defendiendo un uno cero inmerecido, y con un estilo de juego tan irrespetuoso como ignorante la hinchada que en el estadio gritó unos cuantos oles al tener un par de pases seguidos de sus jugadores quienes no fueron mas que espectadores dentro de un encuentro que ojalá puedan ver luego en el hotel (en vez de invitar mujeres), y así aprender algo de actitud, fuerza y ambición deportiva...
Gracias a esa hinchada fiel e incansable que tuvo fe en los once guerreros, regalándoles además su voz a través de un himno cantado con el alma, y su sangre a través de una bandera tan grande como el entusiasmo de este pueblo pequeño en tamaño, pero gigante en corazón...
¡Grande Chile!
Esteban Paredes y Arturo Vidal son los héroes del equipo del Rey Guachaca Claudio Borghi, entrenador que asume la difícil misión de reemplazar al profe Bielsa, pero como caracteriza al argentino de nacimiento pero chileno putativo, con tranquilidad y buen fútbol se logra un ansiado triunfo que augura al menos un buen pasar por esta versión de la copa mas antigua del mundo.
Pocas palabras merece un desvergonzado equipo mexicano que asumió un rol de poca cosa y muy por debajo de lo que esperábamos de un país que se vende como potencia en deporte rey, colgándose del arco defendiendo un uno cero inmerecido, y con un estilo de juego tan irrespetuoso como ignorante la hinchada que en el estadio gritó unos cuantos oles al tener un par de pases seguidos de sus jugadores quienes no fueron mas que espectadores dentro de un encuentro que ojalá puedan ver luego en el hotel (en vez de invitar mujeres), y así aprender algo de actitud, fuerza y ambición deportiva...
Gracias a esa hinchada fiel e incansable que tuvo fe en los once guerreros, regalándoles además su voz a través de un himno cantado con el alma, y su sangre a través de una bandera tan grande como el entusiasmo de este pueblo pequeño en tamaño, pero gigante en corazón...
¡Grande Chile!
Jaja, síii, una alegría en medio del frío. Ojalá que el viernes sigamos igual!
ResponderEliminarSaludos
Karen
GRANDE CHILE! y ahi quedaron los mexicanos ratones!
ResponderEliminarhablanos de cine tio!
ResponderEliminarja ja ja
ResponderEliminarQue llegue a la final no más!!
Saludos
Claudio
pero si el partido fue de película...no sé si una buena o mediocre película, pero fue de película, y en este blog se comenta de películas
ResponderEliminarH
jajaja... exacto Mr H... pero no se desgaste en explicaciones... mi sobrino no sabe nada sobre educación ni tolerancia... así que deje que ladre nomás hasta que se aburra...
ResponderEliminar- perro que ladra no muerde...
ResponderEliminar- deja que ladre, es señal de que avanzamos... o algo por el estilo
H